lunes, 11 de enero de 2016

Viento.

Traes y te llevas recuerdos, Viento. Rugiendo desesperado, sin hallar lugar dónde quedarte.
Tu vaivén, tu pasar desenfrenado perturba los sentimientos ocultos que a tu torbellino se arremolinan.

Viento, quisiera ayudarte, calmar la ira de tus entrañas. Pareces tan solo.
Al pasar no sientes más que desprecio, todos te miran mal, deseando que te marches. Nadie quiere estar cuando tú sales.

Viento, rápido y quebrado como un suspiro de desasosiego.

Viento, yo te agradezco que despejes de nubes mi cielo.
Tu energía me llena, me embriga y purifica.
Limpias a tu paso con mano firme y brusca las almas de la gente, llevándote a cuestas los pesares culpables.
Verónica Moliher.

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