Carta perdida

Te escribo para decirte

que lo más importante 

sigue aquí

en ti 

Verónica Moliher.

Contigo

Quiero dorar de luces

las tinieblas de tu mente
Alzar al vuelo
tus pesares
Y regar las plantas
de tu vida
las que te dan el aire
que respiras

Quiero conocer
tus entradas y salidas
las ocultas caras
de tu andar
Saber siempre hacia dónde
caminas
Y poner en tu rumbo
un despertar de ilusiones
completas
de sueños
Y darte la mano para atravesar
con ellas
los dulces destinos
de la vida

Verónica Moliher.

Saranghae

Será este estado de limerencia
que me hiere la consciencia

de saberte fuera de mi alcance
de quererte fuera de mis días.

Será que en el conticinio
me siento poderosa
llevando mi imaginación al borde
del nefelismo
creando nubes de castillos
haciendo sombras de estrellas.

Será este inmarcesible sentimiento
que desata las más bellas
esencias de mi corazón
latiendo por ríos de aurora
tardes largas de arrebol

Será tu infinita bonhomía
que perturba mi perenne paz
mi calma incandescente

Será la resiliencia
que me ha hecho de fortaleza
por fuera
de  nube
por dentro
y
al mirarte
aunque sea un momento
se desatan miles de cielos
en mis ojos
hacia los tuyos
cayendo del infinito sueño
de Morfeo
a las alas
de Cupido

Verónica Moliher.

El emperador

Soy yo y estoy aquí,

tu fuerza, tu alma tu ego,
soy
el guerrero
que habita en tu interior
el que sigue en la batalla
cuando nada está perdido
el que renace de lanzas y cañones
cuando todo se perdió.
El que lucha por tu valentía y
te empuja
te alza
y clama por tu vida.
El que te ve y no solo te mira.

Soy yo, soy tú, soy él; aquel que ve tus flaquezas y no flaquea.

Verónica Moliher.