jueves, 21 de enero de 2016

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No te conozco, no sé quién eres, pero he sentido la necesidad de escribirte

Tal vez te parezca extraño, simple o curioso.
Tal vez pienses que no sabía que existías. Sí lo sé.

La maravilla de la técnica nos ha encontrado y los sentimientos nos han unido en este mar ansioso y atosigado dónde navegamos perdidos buscando cobijo.

La maravilla de la casualidad, que no existe, la serendipia, siempre dispuesta, alcanza tu mano a la mía a través de un signo de aprobación: +1

Tan sólo quiero agradecerte que siempre estés aquí presente, al tiempo de mi tiempo.
Al pulso de mis días inconstantes y mis tenaces discursos.
Bajo el misterioso anónimo que aviva ferviente la magia que desprendes.

Quería agradecerte tu presencia. Tu existencia.
Verónica Moliher.

No tener alas es un simple detalle.

"Per quelli determinati a volare... 
non avere le ali è un semplice dettaglio."

Hace tiempo leí esta frase en la pared de una de las calles de la bella Genova.

Entonces no sabía qué significaba, no por mi escaso italiano, no por mi parquedad lingüística. 

Rondaba en mi mente día tras otro, como una canción mal aprendida.

La frase albergaba secretos y recuerdos a la par. Volar sin alas. 
¿Qué misteriosa pócima podía lograr tal efecto?
Embrujada en un ámbar de sentimientos, 
no lograba hallar la respuesta contundente.
¿Guardaba la magia en la determinación, guardaba el misterio en alzar el vuelo, tal vez eran las alas las que confeccionaban un tumulto en el corazón y un huracán en el cerebro?

Pero no.

La frase era mucho más llana y clara que todo ello.
El secreto estaba en el simple detalle.
El detalle de que se puede si se quiere.
El detalle de que volar no siempre es despegar los pies del asfalto. 
El detalle de que Volar se puede de muchas formas.

El detalle de que se vuela con el corazón.

lunes, 11 de enero de 2016

Viento.

Traes y te llevas recuerdos, Viento. Rugiendo desesperado, sin hallar lugar dónde quedarte.
Tu vaivén, tu pasar desenfrenado perturba los sentimientos ocultos que a tu torbellino se arremolinan.

Viento, quisiera ayudarte, calmar la ira de tus entrañas. Pareces tan solo.
Al pasar no sientes más que desprecio, todos te miran mal, deseando que te marches. Nadie quiere estar cuando tú sales.

Viento, rápido y quebrado como un suspiro de desasosiego.

Viento, yo te agradezco que despejes de nubes mi cielo.
Tu energía me llena, me embriga y purifica.
Limpias a tu paso con mano firme y brusca las almas de la gente, llevándote a cuestas los pesares culpables.
Verónica Moliher.

jueves, 7 de enero de 2016

Gracias.

La palabra gracias es mágica.
Dicen que si la repites 7 veces seguidas tu día se transforma en un buen día.

Y es que gracias es tanto... No importa si lo dices con el corazón encogido y las lágrimas agolpandose en tus ojos, "gracias". No importa si lo mencionas alzando los ojos al cielo con una bocanada de aire contenida, "gracias".

Sirve igual al decirlo de soslayo cuando alguien te deja pasar, "gracias".
O cuando te das cuenta de que tienes más tiempo del que pensabas y ese día haces aquello que siempre quedaba postergado en tu agenda una vez tras otra, quizás no lo dices en ese momento, no lo piensas, pero tu corazón si lo siente, "gracias".

No importa la forma, ni la ocasión, importa el hecho de sentir la necesidad de decirlo, de liberar esa sensación que sólo se puede expresar con esa palabra. Gracias.
Verónica Moliher.

miércoles, 6 de enero de 2016

Pintaba música.

Composición de Kandinsky.
Con tu suave y contundente trazo dibujas sensaciones, plasmas sentimientos en un lienzo de cristal.



Hay tanta sensibilidad en tus colores, los matices de tu alma y de la música se condensan hasta estallar en un manantial de arco iris, donde todo tiene lugar, sentido y razón.

Qué no darías por vivir en uno de tus cuadros, rodeado de claridad, certeza y entusiasmo.  Tocando la dulce sinfonia que tu alma canta cuando la musa te inspira. 

Dices que pretendes contagiar a esa tela blanca de enfrente de cómo tu alma vibra cuando escuhas la armonía de los violines, la cadencia de los pianos y el compás de los clarinetes. Dices que quieres pintar la música, que quieres dejar en colores el arte de sus notas conjugadas.
La música fue sólo una excusa, Kandinsky, en realidad la melodía estaba dentro de ti.
Verónica Moliher.

martes, 5 de enero de 2016

La calma.

Es tu calma que me lleva, a través de tu olor a sal, a oxígeno y a vida.

Es tu calma y tu pausado ritmo que me aviva, me da sed de tranquilidad, de paz y de armonía.

Es con tu lento traginar que se me alenta el corazón y los sentimientos se hacen menos pesados y las penas más ligeras.

A tu lado el tiempo no tiene horas, solo luces que adornan tus estelas.

Junto a ti nada pasa y todo cesa, arrebatas la atención del artista despistado, del entusiasmado y del asceta.

En tus aguas claras veo profundos misterios, lágrimas cuajadas de historias jamás contadas, mares de vidas pasadas.

Testigo de cuántos finales, de infinitos amaneceres y de esperanzas. Desprendes todo ello en tu alabanza monótona de olas que no cesan, que van y no llegan. Que alcanzan retroceden y despiertan.

El imán de tus entrañas hace que me quede pasmada admirando tu majestuosa estampa, sin dejarme ir, aún cuando ni siquiera he tocado tus aguas.
Verónica Moliher.

lunes, 4 de enero de 2016

La ebriagadora multitud.

Le llaman
"calor humano", y es mucho más que eso.


La ebriagadora multitud elabora el pefume de la ciudad a golpe de alcanfor, rosas, gardenia y alcohol.
El aire se espesa y casi puedo ver el humo que nos rodea inflado de aromas varios adornados de café y pan recién hecho y tubos de escape.

Nadie parece darle importancia, lo sienten como su casa, el olor de la calle, el olor que cada uno formamos junto con todos.

Casi como la vida misma, casi como la serendipia, unidos por hilos finos que por separado quedan huérfanos y sin vida.
Verónica Moliher.

Tu nombre marca mi vida.

Verónica spicata - Red Fox
Tu nombre marca mi vida, tu color mis pupilas.

Te llevo, en mi corazón en mi mente y en mis días.

No hay nada que me represente más, no hay nada de lo que esté más orgullosa que de escuchar tu nombre al mencionar el mío, que de verte en mi mente cada vez que me llaman.

Algo más que unas letras nos unen, algo más que una simple coincidencia. Y es que somos una misma cosa en un todo, tú, yo, Verónica.
Verónica Moliher.

domingo, 3 de enero de 2016

Hay algo de mágico en el vacío.

Frascos de perfume antiguos.
Hay algo de mágia en el vacío que embriaga el transparente fulgor. De qué forma atrapa todos los matices los condensa y estanca o los deja escapar.

Hay algo de mágico en esos frascos que albergan profundo misterio y encanto, secreto de la chispa del éxito.

Hay algo de mágico en la forma en que te hechizan y te atraen, te hacen querer tenerlos y guardarlos en tu baúl de los misterios.

Verónica Moliher.

Primavera del invierno.

Acacia saligna - Mimosa Dorada
Tú, Primavera del invierno, con tu suave pero persistente dulzor ácido.

Guardar tu fragancia en un frasco es todo un reto. Nunca nadie te hizo protagonista en un perfume, pero siempre estuviste ahí coordinando todas los aromas, haciendo de ellos una obra de arte.

Quisiera poder conservar la alegría de ver tus flores entre los árboles secos del invierno. Quisiera poder capturar la vida de tus pequeños copos amarillos y la luz que desprenden al toparse con el sol.

Guardar la mágia que traes y te llevas en un pequeño bote de cristal y, al abrirlo, siempre recordar como es la Primavera del invierno.

Verónica Moliher.



sábado, 2 de enero de 2016

El aroma fresco de cada mañana.

Hay días en que siento la necesidad de despertarme cuando aún no lo ha hecho nadie.
Días en que, de madrugada, espero sentada, al lado de la ventana, al sol aparecer.

Mi taza humea levemente entre mis manos .


El aroma del café acompaña la ténue luz lejana. 
De pronto, abro la ventana y el frío muerde mis mejillas, el frescor inunda de sensaciones mi alma y todos las fragancias frescas y puras del día se presentan ante mí, como si me reverenciaran.

En ese momento me siento dueña del mundo y de su inmensidad.
En ese instante cambiaría el tiempo por la eternidad.

Verónica Moliher.

¿Verónica Moliher?

Sí, ese es mi nombre y esta es mi esencia:
Notas Altas: Perfumista, Youtuber, Emprendedora, Diseñadora.
Notas Medias: Bohemia, Artista.
Notas Bajas: Valiente, Soñadora.